La Consejería de Agricultura obtiene resultados positivos del engorde de pulpo con dietas artificiales

El primer problema a la hora de diseñar un pienso para el pulpo es la presentación adecuada para que sea aceptado e ingerido completamente El director del IMIDA concluye que “el formato de pienso p

La Consejería de Agricultura y Agua ha obtenido los primeros resultados positivos del engorde de pulpo (Octopus vulgaris) con dietas artificiales, en los ensayos que viene realizando la Estación de Acuicultura del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (IMIDA) ubicada en San Pedro del Pinatar.

El director del IMIDA, Adrián Martínez, apunta que el desarrollo industrial del engorde de pulpo se encuentra actualmente limitado “por la imposibilidad de obtener juveniles en cautividad, así como por la ausencia de piensos artificiales de apropiada composición nutritiva que sean aceptados por los animales”.

El director añade que estos piensos presentan numerosas ventajas, tales como “la regularidad en el suministro y composición, fácil almacenamiento y distribución, manipulación mínima en la instalación, reducción del riesgo de transmisión de enfermedades, mejor consistencia, propiedades organolépticas, digestibilidad y conservación”.

En la citada Estación de Acuicultura se han venido ensayando recientemente distintas dietas artificiales basadas en mezclas de aglomerantes (gelatinas, alginatos, carragenatos, gomas guar, etc.) con pescado de bajo valor comercial, hasta encontrar un formato de dieta que fuera aceptado por los animales. Según Adrián Martínez, se trata de piensos húmedos, de aspecto gomoso pero con alta estabilidad en agua. Concretamente, se comparó el crecimiento y aprovechamiento nutritivo de dos dietas húmedas artificiales empleando como aglomerantes alginato (A) o gelatina (G), con otras dietas naturales a base de sardina, boga o cangrejo.

A pesar de que los mejores resultados se obtuvieron con la dieta a base de cangrejo, “los crecimientos con el pienso tipo A fueron similares a los observados con la boga o la sardina”, señala Adrián Martínez, “además, no existieron diferencias en el aprovechamiento de las distintas dietas suministradas”, añade.

El director del IMIDA concluye que “el formato de pienso propuesto podría ser empleado para generar otros de composición conocida y avanzar así en el conocimiento de los requerimientos nutritivos de esta especie”.


Dietas experimentales

El primer problema a la hora de diseñar un pienso para el pulpo es “la presentación adecuada para que sea aceptado e ingerido completamente”, señala el responsable autonómico.

Se han probado de forma experimental en cefalópodos, incluyendo pulpos y sepias, varias dietas artificiales. Sin embargo, los resultados no han sido satisfactorios hasta la fecha. Adrián Martínez indica que “esto se ha debido en unos casos a la baja aceptabilidad de estas dietas y, en otros, al pobre crecimiento y aprovechamiento nutritivo observado al compararlas con dietas naturales”, y añade que los piensos granulados, extrusionados y semihúmedos, tal y como se elaboran para peces, “no son válidos para el pulpo, ya que éste cuando los manipula los disgrega antes de ingerirlos”.

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