San Pedro del Pinatar acogió este fin de semana las IV Jornadas de Participación Ciudadana, que este año han versado sobre “El Fortalecimiento de la Sociedad Civil. Estrategias ante la Crisis”.

El alcalde de San Pedro del Pinatar, José García, inauguró estas jornadas incidiendo en la necesidad de replantear nuevas estrategias que impliquen más a la sociedad y contribuyan a hacer sostenible la democracia.

“Es justo y legal votar cada cuatro años, pero no es ético dejar carta libre a los políticos durante este tiempo. Por ello es importante trabajar y gobernar con los ciudadanos, porque el horizonte común debe ser la calidad democrática”.

El viernes por la tarde las jornadas se centró en la parte práctica, donde se expusieron proyectos asociativos y se plantearon medios de financiación de los mismos.

Así, el responsable del Punto Europeo de Ciudadanía en España del Ministerio de Cultura, Augusto Paramio, trató sobre las posibilidades de financiación de proyectos asociativos de ámbito europeo.

Paramio explicó que el Punto Europeo de Ciudadanía acoge programas de concurrencia competitiva, que deben estar integrados por varios países y que son evaluados por un comité de expertos de la Unión Europea y son compatibles con subvenciones de otras administraciones.

Tras la intervención de Paramio, se desarrolló un panel de Buenas Prácticas en el que participaron las asociaciones Hippocampus, que expuso el proyecto “El Caballito de mar un compromiso de todos”, Majabuka, que presentó el “Taller de la Experiencia Pinatarense” y Sakiais Ken Dikela, que trató sobre las “Escuelas del conocimiento y la participación Ciudadana”.

La segunda jornada se centró en la dimensión teórica de la participación ciudadana y su repercusión en las respuestas a la crisis.

El profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Murcia, Luis Ramiro Fernández, abrió la jornada con la ponencia “El asociacionismo en España”.

Luis Ramiro destacó el bajo índice de asociacionismo en España y planteó como causas principales la falta de cultura asociativa, los horarios de trabajo y el tiempo de ocio.

Asimismo, denunció que algunos gobiernos regionales, esgrimiendo la crisis económica, están desmontando estructuras sociales que servía para equilibrar las actuaciones de los poderes públicos, como los sindicatos, que están sufriendo un debilitamiento de su poder en la sociedad civil.

Posteriormente intervino el profesor de sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Oscar Rebollo, con la conferencia “Metodologías Participativas ante la crisis”.

Rebollo inició su discurso identificando las razones que fundamentan la participación ciudadana en la política como la mejora de la gobernanza a través del gobierno en red, el incremento de la calidad democrática frente a la deslegitimación de la política, y el fortalecimiento de la sociedad civil para que ésta tenga capacidad de influir.

Ante la crisis, que Rebollo plantea como “fraude”, es necesaria una sociedad civil más fuerte y organizada para desterrar la idea de que ésta es inevitable y de que son los mismos que nos han metido en ella los que nos tienen que sacar.

Insistió así en la importancia de fomentar una sociedad participativa en sentido amplio, porque la cultura política en España se ha basado en el precepto “Usted no se preocupe, que nosotros lo arreglamos” y, según Rebollo, hay que empezar a decirle a la gente que se ocupe, hay que devolver a los ciudadanos sus problemas y hacer que se impliquen en la solución de los mismos desde una posición comprometida y realista.

El subdirector general de Participación Ciudadana de la Generalitat de Cataluña, Fernando Pindado, cerró las jornadas con la conferencia “las Organizaciones sociales y la calidad democrática, un reto del presente”.

Pindado incidió en la necesidad de que las asociaciones y organizaciones civiles se impliquen en lo político, pues los ciudadanos son necesarios para construir y sustentar el sistema democrático y criticó que, en la actualidad, “la ciudadanía está por la protesta y no por la propuesta, piensa que la política es complicada y busca sólo objetivos a corto plazo”.

Por ello planteó que el reto de la asociaciones, como representantes de los ciudadanos, es tener la capacidad de crear un proyecto propio, con influencia activa en la política, que defienda unos valores éticos y que, de esta manera, fortalezca el funcionamiento democrático.

Concluyó que para conseguir esta implicación es necesario desmontar la idea de que la política es sólo de los políticos y creer en ella como el mecanismo para solucionar los problemas.