Pocas veces he podido observar que un diario económico, en una sola edición, pueda haber dado tantas claves de los motivos y los efectos de nuestro verdadero desastre económico, como lo hace el Economista en su edición del Domingo 6 de Marzo de 2011.
Sus consecuencias, el premio que están consiguiendo quienes la provocaron, y el desalentador futuro que para la pequeña y mediana empresa, y para quienes han invertido en España, se vislumbra en el horizonte.
Lo describe en cuatro artículos que dibujan a grandes rasgos la estrategia seguida y sus consecuencias. No son otras que las programadas por la gran banca y el PSOE, que fueron consentidas por el PP, y que han destrozado la economía interna de España, y que acabaran por poner en manos de los bancos todo el patrimonio y el efectivo de nuestro país, dejándonos a pequeños y medianos empresarios en la ruina total, con administraciones endeudadas e insolventes en manos de la banca, que para más cachondeo les prestan el dinero que a ellos les ha dado el Gobierno Central.
Lo poco que presten a empresarios dichos bancos lo harán a las multinacionales que han salido al extranjero a buscar la obra pública que aquí no existe, y que necesitan dinero y avales para poder desenvolverse en su nueva andadura. Mientras, en España, nos quitamos el hambre en los comedores sociales, y estamos implorando que se queden con todo lo trabajado en nuestra vida, a través de nuestro patrimonio hipotecado por lo que les debemos, gracias a unas leyes hechas a medida para arruinarnos a todos, como las nuevas tasaciones, la ley hipotecaria, el afán recaudatorio de los Ayuntamientos en las nuevas urbanizaciones, y la poca vergüenza de muchos poniendo el cazo, como se está viendo en tanto caso de corrupción.
El resto de dinero liquido que les queda a los bancos lo están utilizando para adquirir entidades en otros países y prestar allí el dinero Español a más interés; mientras a nosotros, modestos empresarios españoles, lo único que nos hacen, en el mejor de los casos, es darnos un año más de mora siempre que pongamos más garantías hipotecarias, pero ni un euro más para liquidez o circulante. Se trata de asfixiarnos antes de que llegue la recuperación y vuelvan las tasaciones más elevadas. Para entonces todo será de los bancos.
Los cuatro artículos a los que me refería al principio de mi escrito son:
Famosos pinchan con una mala inversión en Benidorm.
El consejo de administración mejor pagado es el del Santander.
Las grandes empresas constructoras encuentran en el extranjero la obra pública que pierden en España.
Y por último, la CDU de Ángela Merkel pide echar de la economía del Euro a los Países que no cumplan el pacto de estabilidad.